Sí hubo plagio, pero no debe haber perdón
El caso denunciado por el escritor y académico Guillermo Sheridan, acerca de un presunto plagio de tesis que realizó la ministra Yasmín Esquivel en 1987, para obtener la licenciatura en Derecho, pone al descubierto una larga serie de actos de corrupción al interior de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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La UNAM, por su parte, hizo un profundo análisis y confirmó que la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomó e hizo como suyos los argumentos presentados en la tesis de 1986, presentada por el ahora abogado Édgar Ulises Báez, a quien la ministra acusó ante los medios de haber copiado su trabajo cuando ella lo presentó un año después.
Lo interesante del caso es que la UNAM le transfirió el caso a la Secretaría de Educación Pública (SEP), alegando que no tiene la normatividad necesaria para invalidar el título, desligándose del resultado final de este proceso. Mientras tanto, la máxima casa de estudios del país arrastra el tema de la tutora de Esquivel, Martha Rodríguez, quien se la ha pasado asesorando tesis con tintes de plagio de 1986 a 2010.
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Para nadie es un secreto que en diferentes lugares, no sólo de la UNAM, se alquilan para hacer proyectos de tesis a cambio de una módica cantidad, que algunas veces puede llegar a costar hasta 20 mil pesos. Por ello, no es extraño que dentro de la UNAM coexistan negocios de este tipo llevados por los mismos maestros y sinodales, quienes son juez y parte en los procesos de titulación.
Las consecuencias de ello comenzaron a surgir con la baja de Martha Rodríguez como maestra y asesora de tesis de la UNAM, aunque todavía falta investigar y, en su caso, sacar a la luz las relaciones que otros académicos pudieron haber tenido con este tipo de actos, revisar a detalle qué exalumnos se prestaron este tipo de plagio y removerles el título, pues tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata.
En tanto que la ministra, tal y como lo pidió el Consejo General de la Abogacía, debe renunciar a su cargo por el delito cometido, lo que implicará que también pierda la Maestría en Administración de Instituciones Educativas, así como el Doctorado en Derecho de la Empresa con que también cuenta.
Esto debe ocurrir para subsanar la falsa declaración que hizo Esquivel, al momento de decir que Báez había copiado su tesis, aunado a que siendo parte de la máxima sala de justicia no se pueden pasar por alto tales atrocidades cuando su labor es velar por una legalidad que ella misma no ejerce.
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