“Llevo 10 años trabajando aquí. Ésta sería una segunda administración de un gobierno en el que se ha notado mucho la falta de insumos y medicamentos. Atiendo a pacientes con enfermedades crónicas y, en ocasiones, el paciente acude a la consulta; pero la mayoría de las veces se va sin su medicamento porque no hay en existencia”, es uno de los testimonios de un trabajador de Salud del Estado de México (Edomex); como éste abundan los casos que exhiben el fracaso del gobierno morenista en la licitación y distribución de medicamentos.
A pesar de que durante su administración, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió entregar un sistema de salud eficiente, incluso “como el de Dinamarca”; en los hechos, por todos lados puede apreciarse tal deterioro y atraso que pone en riesgo la vida de los derechohabientes; ya que la única opción para la mayoría es el sistema de salud pública.
El gobierno anterior destinó dos mil millones de pesos (mdp) a la compra y operación de la Megafarmacia del Bienestar, un proyecto que presumió, asegurando que garantizaría la distribución y abasto nacional de medicamentos. La Megafarmacia, según se informó, tenía capacidad para albergar hasta 286 millones de fármacos.
El objetivo principal era evitar que los hospitales públicos de todo el país sufrieran desabasto; pero a dos años de su operación y a pesar de los buenos comentarios de Claudia Sheinbaum Pardo, padres de familia y trabajadores de la salud sufren la falta de medicamentos desde el norte hasta el centro del país.
En Baja California se supo del caso de una niña de 11 años que padece insuficiencia de la hormona de crecimiento y necesita aplicarse diariamente una inyección de la hormona omnitrope; pero el desabasto ha provocado que desde hace tres meses no reciba tal medicación, en otras palabras, ha roto su tratamiento. En esta situación también tiene responsabilidad su centro de salud, ISSSTECALI, donde una y otra vez le han asegurado que “ahora sí” les llegará el medicamento”. La señora Karina Barraza, madre de dos hijas, entre ellas la afectada, así lo narra a este semanario.
“En noviembre, cuando fui por el medicamento, me dijeron que ya no había y estaba agotado. Luego nos dieron largas: que hable tal día, marcaba y decían lo mismo, ʻestá agotado’, y ya se me hacía mucho porque la niña lo necesita diario, no puede suspender el medicamento; pregunté qué estaba pasando, pero sólo me decían que esperara: ʻdanos chance’, decían; luego prometieron que en la segunda semana de diciembre ya iba a haber el medicamento. Entonces lo busqué por fuera, pero cada cajita costaba 13 mil 500 pesos, y debía comprarla cada mes. No pude adquirirlo. A la fecha sigo esperando el medicamento”.
Con la confianza puesta en un supuesto “exitoso acuerdo” con las farmacéuticas para abastecer los medicamentos necesarios por los siguientes dos años, Sheinbaum Pardo se comprometió a que, en marzo, los medicamentos requeridos por la población ya estarían disponibles en los centros de salud: “A todas las personas que llegan a su centro de salud y que por alguna razón no hay un medicamento o al hospital, el objetivo es resolverlo en estos dos meses… estamos trabajando para que en muy corto plazo pueda haber abasto de medicamentos en todos los centros de salud, en todos los hospitales y también todo el material de curación que se requiere”, dijo la mandataria.
Diversos analistas concuerdan en que el panorama resulta desalentador y ven muy complejo que la Presidenta cumpla la promesa de entregar medicamentos a partir del primero de marzo, debido a que las licitaciones fueron realizadas a destiempo y con poca transparencia, sin el cumplimiento a la Ley de adquisiciones, además de que, a último minuto y sin la evaluación técnica necesaria para cualquier proceso de este tipo, se corrigieron las adjudicaciones originales. A esto se añade la falta de experiencia del exdirector de Asuntos Jurídicos de la Auditoría Superior de la Ciudad de México, Iván de Jesús Olmos Cansino, director general de Laboratorios Biológicos y Reactivos de México (Birmex).
De acuerdo con el director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), Rafael Gual Cosío, si no se cumplen los plazos y condiciones de fabricación, certidumbre jurídica, pagos oportunos, de planeación y de transparencia indispensables para un abasto puntual, crece el riesgo de desabasto de medicamentos en México, ¿y quién sufrirá más las consecuencias? Los pacientes, todos los mexicanos que quieran atender su salud y no puedan porque no hay insumos para salud.
Fue el 13 de enero pasado cuando Birmex hizo público el fallo de la que se considera la mayor licitación de insumos y medicamentos realizada hasta ahora, con una oferta de cuatro mil 982 millones de piezas de medicamentos, con los que se cubrirían las necesidades de 26 instituciones públicas de salud durante dos años. Sheinbaum dijo que concluyeron los contratos para la compra de medicamentos e insumos médicos, y será hasta marzo cuando finalmente aquéllos lleguen a los hospitales y clínicas afiliadas a las dependencias de Salud, tales como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) e IMSS Bienestar.
Diversas voces sostienen que “la compra histórica” únicamente confirmó la inexperiencia de los directivos de Birmex y operadores, porque de las tres mil 900 claves licitadas, solamente mil 330 se adjudicaron, además de las diversas complicaciones por haber incluido medicamentos con patente vencida, como Sildenafil, de la marca Viagra, que utilizó por varios años Pfizer; pero venció en 2013. O la clorfeniraminam ramipril, olanzapina, tramadol y dextran.
Durante la conferencia matutina del 15 de enero, la presidenta Claudia Sheinbaum describió cómo sería el “nuevo” modelo de adquisición y distribución de medicamentos: “esta compra complementaria y bianual, es decir, que garantiza los medicamentos hasta 2026, se hace directamente a los laboratorios, y la distribución se hace, ya sea con la contratación directa de la distribución o a través de los estados que nos están ayudando para la distribución de la última milla del almacén estatal, directamente al centro de salud o el hospital, y el centro de almacenamiento; lo que se llamó la Superfarmacia de Huehuetoca, que nos sigue funcionando y será principalmente para la zona centro del país, que es para donde puede ayudar muchísimo más la distribución de medicamentos”.
Este supuesto nuevo modelo ya es viejo en realidad, porque retorna al modelo de compras consolidadas que sexenios anteriores a AMLO habían utilizado, entre ellos las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. El objetivo consistía en mejorar los precios, como argumenta Sheinbaum Pardo, además de que la licitación aseguraría un ahorro de 30 mil mdp para los siguientes dos años. Como funcionaba también en administraciones anteriores a AMLO, esa compra surtirá a los hospitales del IMSS, ISSSTE, IMSS Bienestar, Institutos Nacionales de Salud, Secretaría de Marina, y Servicios de Salud de Pemex.
En palabras del director general de la Canifarma, Rafael Gual, la licitación es lo más sencillo del proceso, ya que aún falta definir qué se requiere, dónde y cuándo, entre muchos otros pasos, “para tener un abasto oportuno y suficiente”, para lo cual se necesitan al menos tres o cuatro meses; esta vez sólo durante febrero se realizarán todos esos procedimientos. Birmex está a cargo de la compra con la Secretaría de Salud (SS).
Favoritismo
Otro hecho también confirmado es que la empresa farmacéutica PISA y su filial Productos Hospitalarios, propiedad de Carlos Álvarez Bermejillo, resultó favorecida con la adjudicación de contratos por más de 20 mil mdp. Esta empresa, que será la encargada de surtir 151 claves de medicamentos, ha estado en el ojo público debido a sus malas prácticas y productos contaminados, señalada como la responsable de la muerte de 17 menores de edad, sanciones, advertencias y prácticas desleales. Aun así, fue la favorita en el sexenio de AMLO. Acusada en su momento de “ser favorecida por los gobiernos neoliberales”, todo parece indicar que será también privilegiada por el gobierno de Claudia Sheinbaum. Contrario a su eslogan “una vida al servicio de la vida”, decenas de enfermos de cáncer y otras enfermedades han sido afectados y, en varios casos, muertos por las irregularidades en la producción de los fármacos. Aun así, en lo que va de 2025 esta empresa se ha embolsado 587 millones 331 mil 544 pesos.
Entrevistada por este medio, una trabajadora anónima del Hospital 11 del IMSS, en Veracruz, reporta que “lo primordial es que se pudieran enfocar en que es un servicio a terceros el que se les está otorgando y que, en nuestras manos, como institución, está la salud de muchos derechohabientes porque, desafortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, las licitaciones son ganadas por los mismos administrativos con intereses individuales en esas licitaciones. Hay personal que maneja también por fuera estos procesos y por eso ganan, por eso hay un desabasto por completo. Ojalá pudieran verlo neutral, sin beneficios propios”: es el llamado de alguien que representa a los dos millones 174 mil 418 trabajadores del sector salud en México, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“¿A qué podemos atribuir la falta de medicamentos? A la misma corrupción que no se ha ido del sector salud”, es lo que sostiene el líder sindical nacional, doctor Jorge Cárdenas, quien afirma que “anualmente ya se debe el presupuesto del año que va a correr, y no será diferente en 2025; por lo que otra vez no habrá insumos, a menos que se haga un rescate”. También advirtió sobre la falta de visión no solamente local, sino federal. “La situación –continúa– siempre se agudiza más en diciembre, enero, febrero, y es hasta marzo cuando se empieza a percibir lo poco que queda del presupuesto que ya está gastado para este año, porque ya se debe de manera local; entonces, ¿a qué estamos jugando? El asunto es cíclico”.
Escasea hasta la insulina
Para los trabajadores de la Unidad de Especialidades Médicas (Uneme Sorid), perteneciente a la SS en el Edomex, la Megafarmacia resultó ser “un elefante blanco”, ya que no existen medicamentos suficientes para los pacientes.
Inclusive la insulina no se ha surtido en seis meses. En testimonio anónimo, quien ha visto y experimentado la administración de dos sexenios, explica que antes de que llegara AMLO a la Presidencia, cuando faltaba algún medicamento, lo máximo era un mes, al siguiente ya se tenía. “Hoy, llevamos seis meses sin insulina, por ejemplo. Y el paciente ya no tiene la opción de acudir a un sistema de Desarrollo Integral para la Familia (DIF) municipal que lo apoye; no tiene tampoco una farmacia comunitaria donde se le proporcione, él tiene que ver cómo le hace para adquirirlo”, lamentó.
“La Megafarmacia no ha funcionado como lo prometió el Gobierno Federal; se decía que iba a resolver el desabasto de los medicamentos en instituciones públicas como el IMSS, ISSSTE, y ahora el IMSS-Bienestar, donde se le surtiría a los pacientes. Esto resultó falso, algunos pacientes, por conocimiento propio, acudieron o llamaron a un número telefónico que se proporcionó y la mayoría de las veces o no les contestaron o el medicamento que solicitaban no estaban en existencia”, añadió el testimonio recabado por este semanario, lo que confirma la ineficacia de la dependencia inaugurada el 29 de diciembre de 2023.
En Veracruz, en el Hospital 11 del IMSS, una trabajadora con dos años laborando en ese lugar reveló a este medio que ha descendido el abasto de medicamentos para derechohabientes, como los materiales necesarios para realizar los estudios a los pacientes. Aunque agrega que cuando cambian a los proveedores, suele aumentar el desabasto de materiales, reactivos e insumos, “ahora, lo que ha faltado es que, de parte del proveedor de este tipo de recursos, no ha sido surtido en su totalidad para todas las áreas de laboratorio”, por lo que no todas las áreas reciben el material suficiente para efectuar estudios requeridos por los médicos; y esto genera conflictos con los pacientes.
Para el Dr. Cárdenas, la Presidenta intenta proteger lo comprometido por el expresidente AMLO sobre la Megafarmacia que, según, funcionaría al 100 por ciento, que no habría retardos y cuando mucho, en 24 horas, los hospitales tendrían los medicamentos e insumos requeridos… pero nada de eso ha resultado en ningún centro médico, al menos en la mayoría; porque desde el tercer nivel hasta el primer contacto se quejan por lo mismo.
“Uno no puede estar en todos los hospitales pero, al menos el año pasado, visité 12 hospitales de diferentes estados y en todos es la misma queja: la Megafarmacia nunca ha funcionado”, denunció.
Se plantea precisamente que se harían ajustes por corrupción en el caso de Salud por los medicamentos, que las empresas estaban con las autoridades de gobierno solapando la corrupción, pero seguimos igual. El doble discurso, difundido en su momento desde la Federación, nos deja nada más en eso, un discurso del que hoy por hoy seguimos sin medicamentos.
El documento Gasto para salud en 2025: Recortes en hospitales y para la población sin seguridad social, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), explicó, sobre la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025, que habría un recorte del 11 por ciento al presupuesto del sector Salud; que para este año se ejercerían 918 mil 400 mdp, es decir, sólo se le destinaría 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cuyo mínimo entre los países de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) debe ser del seis por ciento.
Anualmente, el presupuesto a Salud desciende y la población en general es la más afectada por las malas decisiones de su gobierno, como señala el CIEP: “Los gastos comprometidos, las presiones fiscales y la falta de prioridad en el sector salud se reflejan en los recortes a los propuestos en el paquete económico 2025 para la población sin seguridad social, que vería una caída en el gasto de mil 400 pesos por persona, lo que contrasta con los aumentos planteados para los derechohabientes del IMSS e ISSSTE. Todos los hospitales e institutos nacionales tendrían recortes, los más grandes en los institutos de pediatría, nutrición y cancerología; las partidas de medicamentos y salud mental se sumarían a las disminuciones”.
Sólo cambió el color, corrupción sigue
“AMLO planteaba cientos de mdp para apoyar al sector salud, ¿dónde está todo ese dinero?”, cuestionó, entrevistado por buzos, el Secretario General del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de la Salud (SINTS), Dr. Jorge Rosario Cárdenas Ortega, “no se nota el presupuesto que tanto se presume, empezando por la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y su conversión en IMSS Bienestar”.
El dirigente sindical señaló que, aun cuando los problemas en el sector salud comenzaron varios sexenios antes, es en el de AMLO cuando se agudizaron las dificultades; y sostuvo que “en todos los estados he recibido la misma queja: no hay insumos ni medicamentos suficientes para atender a los pacientes”.
“El Insabi fue un total fracaso, igual arrasan con la SS. Nos cambiaron nada más de nombre, de color, pero seguimos con las mismas necesidades, la misma situación laboral, la misma falta de insumos y medicamentos, los edificios en mal estado, más sobredemanda por la sociedad que, con justa razón, nos reclama y recurre a nosotros, que somos la primera línea (vanguardia del Sindicato), que no los están atendiendo bien”, alertó Cárdenas, quien lamenta que sean los propios trabajadores que siempre terminan asumiendo el costo de su tratamiento… y eso cuando tienen; cuando no, se les aplica lo que hay o lo que se puede conseguir, porque el personal es muy noble y trata de conseguirle, como puede, lo que se necesita.
En las visitas realizadas, al menos durante 2024, Cárdenas Ortega se ha percatado que una de las deficiencias más notorias es la falta de insumos y medicamentos para urgencias; porque se han suspendido; y en cirugía, porque no existe el instrumental requerido para operaciones, por ejemplo, clavos. Entonces, si el paciente no tiene dinero o los familiares no pueden conseguir los insumos, pues ese paciente se queda sin operar; y muchas veces se queda internado por meses y cuando ya ven que no se podrá conseguir, lo dan de alta.
Sin una representatividad que atienda las necesidades de los trabajadores de la salud, Cárdenas Ortega señala que en la transición de la SS hacia el IMSS Bienestar, están ocurriendo muchas anomalías, como la falta de respeto a las condiciones generales de trabajo; otra de las quejas que abundan entre los trabajadores de la salud es la falta de reconocimiento hacia sus gremios, por ejemplo, “al gremio de enfermería no le reconocen sus licenciaturas y los tienen de auxiliares; al de los médicos, tardan mucho en basificarlos, lo que implica menor sueldo para ellos”. En general, sostiene, continúan los contratos laborales precarios y la carencia de estabilidad laboral.
El llamado de una madre con una niña que necesita tratamiento ante las autoridades del Gobierno Federal representa un botón de muestra: “que se den una vuelta a las clínicas para que vean las deficiencias en cada centro, que no solamente es prometerle a la gente, quedar bien y decirle palabras bonitas, sino que vengan y conozcan la realidad que se está viviendo; así como ellos nos descuentan, así como hacemos nuestra parte: que ellos también nos cumplan, porque bien que nos están descontando, y no es un peso. Ganamos poco, y de ese poco que nos pagan, nos descuentan y todavía no nos cumplen; o sea, si no me surten el medicamento, a parte del descuento que ellos me hacen, tengo que sacar de mi dinero para pagar el medicamento de mi hija que es un derecho que tengo. Ellos saben la realidad de la gente, pero se hacen…”.
FUENTE: https://buzos.com.mx/noticia/desabasto-de-medicamentos-y-corrupcion-galopante-en-el-sistema-de-salud