El 2024 fue un año clave para Valanzsa Consultores: consolidó su presencia en el foro, creció en experiencia y estructura y, sobre todo, fortaleció su perfil técnico con el desarrollo del “Litigio de Precisión”, una metodología que transforma la forma de litigar al integrar estratégia, rigor y eficiencia.
Esta forma de postular ha sido impulsada por el Mtro. Rafael Alejandro Anzures Mercado Ocampo y la Dra. Ana María Valladolid Díaz, fundadores de la Firma, así como por el Lic. Iván Moisés Sánchez Robles, también socio. Juntos definieron tres líneas estratégicas de desarrollo para institucionalizarlo: a) perfeccionar la metodología del Litigio de Precisión; b) formar a más abogados en su aplicación, tanto dentro como fuera del Despacho, y c) prepararse para los desafíos derivados de la reforma al Poder Judicial, sin renunciar a la técnica ni a la integridad que distinguen su variada práctica profesional.
Esta metodología parte de una premisa sencilla pero poderosa: no se trata de decir más, sino de decir lo necesario con la mayor fuerza posible.
“Muchas veces en el foro se opta por abrumar al tribunal con decenas de argumentos, pruebas o recursos, sin una jerarquía clara ni una lógica estratégica. Esa es una forma de litigar que nosotros llamamos, en contraste, «litigio de alfombra», para emplear una analogía con el concepto militar de «bombardeo de alfombra». Nuestra metodología apunta exactamente a lo contrario: identificar los puntos jurídicos decisivos —esos núcleos donde realmente se define el litigio— y concentrar ahí todos los esfuerzos argumentativos, probatorios y procesales”, indicó el socio fundador.
Este enfoque no solo redefine la forma de argumentar, sino también la manera de pensar el ejercicio de la profesión. Postular de esta manera exige aplicar un rigor técnico y una visión táctica que permitan intervenir con precisión quirúrgica, evitando la dispersión argumentativa. Esta forma depurada de litigio, les ha permitido a los abogados de Valanzsa afrontar con éxito casos complejos. Gracias a los resultados, han logrado generar confianza en una forma distinta de ejercer la abogacía: con más claridad, foco y solidez, sin renunciar a la profundidad.
Pero aplicar esta metodología también implicó repensar las herramientas. Por ello, la Firma ha adoptado tecnologías que permiten automatizar tareas mecánicas y dedicar más tiempo a lo verdaderamente relevante: el análisis jurídico estratégico. Desde la incorporación de expedientes digitales, audiencias virtuales y trámites en línea, hasta el uso de herramientas especializadas —como sistemas de gestión de conocimiento, inteligencia artificial y plataformas de colaboración—, todo obedece a una lógica clara: ser más eficientes, sin perder calidad técnica.
“Más allá de esas herramientas, lo esencial es nuestra disposición a aprender. Tenemos una cultura de curiosidad y mejora continua; no le tenemos miedo a lo nuevo. Si una herramienta requiere dominar un lenguaje diferente, invertimos tiempo en entender cómo funciona o en repensar la forma tradicional de hacer las cosas. En un medio en el que muchas veces se privilegia la costumbre sobre la eficiencia, esa apertura nos ha permitido ser más ágiles, más precisos y, sobre todo, más efectivos al litigar”, enfatizó el abogado.
Adoptar el Litigio de Precisión también ha implicado una labor de formación. Tanto hacia dentro, con el equipo, como hacia fuera, con los propios clientes. “Hoy explicamos con vehemencia que la eficacia jurídica no depende de la extensión de un escrito, sino de su claridad, oportunidad y lógica estratégica. Litigar bien es también enseñar a ver el Derecho con otros ojos”.
Aunque litigar es una parte esencial del trabajo de Valanzsa, no es lo único que hace la Firma. También ofrece servicios de asesoría jurídica y consultoría empresarial con un enfoque preventivo, ayudando a sus clientes a tomar decisiones informadas, reducir riesgos y proteger su operación desde el diseño mismo. Pero incluso allí, la metodología se mantiene: actuar con enfoque, claridad y estrategia.
De esta forma, Valanzsa Consultores se mantiene a la vanguardia y los primeros reconocimientos confirman el valor de una práctica jurídica basada en método, estrategia, integridad e independencia de criterio.
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