
Desde que decidí dedicarme a la abogacía, supe que debía preocuparme menos por mi y más por mi trabajo, renunciar muchas veces a mi felicidad personal para hacer lo que debía hacer… y hacerlo sin contemplación alguna y con mucha garra.
“El camino no fue nada fácil, pues entendí que se trata de una profesión que te demanda todo tu tiempo, toda tu energía y desde luego toda tu concentración. En ese camino debí aportar todo mi esfuerzo, mi ética y yo diría lo más importante: mi rectitud hacia con mis clientes. A ellos, les debo lealtad por la confianza que depositaron en mi, les debo mi gratitud porque gracias a ellos, pude crecer y tener una mayor y mejor perspectiva como jurista. “Yo me debo a mis clientes… vivo para ellos. El hecho de que pongan en mis manos su patrimonio: eso lo es todo para mí«.
“No tengo la menor duda que en mi profesión, la confianza se construye a lo largo de muchos pero muchos años en los cuales debes demostrar los principios éticos más altos que jamás alguien pudiese imaginar. Transmitir eso que justamente busca tu cliente: la seguridad que le podrás resolver su problema«.
Hoy miro al futuro de la firma que tengo el honor de encabezar, con profundo optimismo puesto que cada vez son más las empresas que quieren que les resuelvan sus problemas de manera preventiva y no correctiva; que los asesores antes de que enfrenten una contingencia; que les ayudes a resolver de manera anticipada un problema; que te conviertas en sus socios para afrontar sus dificultades y es ahí en donde se encuentra la firma de abogados fundada el 10 de mayo de 1926.
“Es gracias a nuestros clientes, que hoy contamos con cinco oficinas foráneas propias ubicadas estratégicamente en Villahermosa, Mérida, Tuxtla Gutiérrez y Cancún para atender la región Sureste-Peninsular y a partir del 1° de septiembre inauguramos nuestra oficina en Querétaro para atender a nuestros clientes del Bajío”.