Escuchar/descargar De Ida y vuelta
“Algunos sectores impulsan una reforma laboral simplemente porque pueden, buscan una tasa de ganancia exagerada. Pero ninguna norma puede ser regresiva. No se pueden volver a negociar cuestiones que ya son conquistas”, dice José Testoni, secretario General de la seccional Santa Fe de la CTA de los Trabajadores.
Del lado patronal, Alfredo González, presidente de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), abre el paraguas: “No usaría el término reforma laboral, sino readecuación a los tiempos que vivimos. Sin pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores, no queremos un enfrentamiento con los sindicatos. Es adecuar las leyes de los años ’70”.
La discusión sobre las implicancias de una hipotética reforma laboral es columna vertebral de otro episodio del espacio “De Ida y Vuelta, debates del campo popular”, la producción sonora del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), que suena en las emisoras de la red y se escucha también en Spotify.
Los altos niveles de empleo no registrado y de desocupación suelen ser argumentos para que determinados sectores políticos y empresariales pongan cíclicamente en debate la necesidad de una reforma laboral en la Argentina.
Según datos difundidos por el Ministerio de Trabajo, basados en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de la AFIP, desde mayo de 2020 a marzo de 2023 se crearon 1.300.000 puestos de trabajo registrados. El empleo no registrado en este 2023 creció un 15% respecto de los niveles que tenía antes de la pandemia. Y, junto con el monotributo, sumó 3 millones de puestos nuevos.
En ese contexto, ¿una reforma laboral es una flexibilización que necesariamente vulneraría derechos conquistados, o puede ser una readecuación en beneficio del propio sector trabajador? ¿Cuáles son las características que representan al mercado laboral privado y público en la actualidad?¿Existe la llamada “industria del juicio laboral” o es un invento interesado de las patronales?
“Lo ya conquistado no se negocia”
Testoni, desde la CTA, traza un panorama vinculado a las propuestas de reforma laboral. Y advierte: “Hay algunas posiciones retóricas, desde la irresponsabilidad de no gobernar, como golpe de efecto más que como política concreta. Se dicen cosas insostenibles en materia de reforma laboral. Hay una fila larguísima de aspirantes a trabajar a cambio de un ingreso. Pero ninguna norma puede ser regresiva. No se pueden volver a negociar cuestiones que ya son conquistas”.
Después se pregunta en modo retórico: “¿Por qué algunos sectores impulsan una reforma? Simplemente que porque pueden, buscan una tasa de ganancia exagerada en una economía que perdió el 50% distribuido para quienes tienen los medios de producción y el 50% para la clase trabajadora. Ese ‘empate’ se había recuperado en el gobierno de Cristina y se perdió. Hoy sienten que pueden porque hay precarización y tienen capacidad de imponer alternativas a los gobiernos débiles”.
El gremialista insiste en que “Argentina necesita mucho más trabajo registrado, industrial, de servicios y salarios altos”.
Admite, no obstante, que “discutir los nuevos formatos laborales, los sectores emergentes, se hace necesario. No se puede ser necio. Está habiendo a partir de las plataformas y nuevos formatos una serie de debates que asumir, la regresión de la jornada, el trabajo en el domicilio, el trabajo digital, pero eso no justifica lo que se pretende hacer desde la derecha. Es necesario hacerlo de manera razonable, con inclusión, sino lo que tenemos que hacer es bloquear los intentos de llevarnos a una emboscada para hacernos perder derechos”.
En disidencia con los sectores patronales, aclara que “no hay un gran negocio en los juicios laborales, eso es un mito. Habrá alguna circunstancia, pero que no mueve la aguja. Pasa que eliminando el juicio laboral, la discusión paritaria pasa a ser absolutamente desigual. Si no hay una segunda instancia para dirimir lo que no se pudo, los sectores patronales van a abusar”.
Después reflexiona sobre otros costados de la producción actual y el mundo del trabajo organizado: “El sector de la Economía Popular es un terreno con distintas conceptualizaciones. No creo que haya una economía popular, la economía es una sola, que usa los mismos bancos, billetes y variables macroeconómicas. Hay sí sectores que no alcanzan los derechos que tienen los sectores formales, y que no tienen patrón. La cooperativización es una alternativa, es una economía social, solidaria, pero no una economía paralela, porque si no se plantea también una legislación paralela”.
“No es reforma, es readecuación”
Alfredo González, presidente de CAME, abre el paraguas: “No usaría el término reforma laboral, sino readecuación a los tiempos que vivimos. Sin pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores, no queremos un enfrentamiento con los sindicatos. Es adecuar las leyes de los años ’70, hoy hay grandes alternativas y muchas empresas somos víctimas de negocios judiciales. Hay pymes que tienen que cerrar a raíz de eso”.
Sobre esa cuestión puntual de los juicios laborales, reclama: “Tenemos que tener reglas claras para cuidar nuestros emprendimientos y también a nuestros trabajadores; si seguimos con esta inestabilidad judicial es indudable que cada vez vamos a tener menos desarrollos de empresas”.
-¿Cuáles serían esas readecuaciones que propone?
-Hablo en general, necesitamos incluir a sectores y nuevos emprendimientos de distintos formatos que no son tenidos en cuenta en las leyes laborales del ‘70. Hay muchos trabajadores que no se sienten representados y no quieren ser incluidos en esos formatos. Hay que dar un debate y técnico y de territorio.
-A la luz de otros episodios históricos, que han significado retrocesos, ¿qué garantías habría de que una reforma no tocaría derechos adquiridos?
-La gran garantía es generar el debate. Estamos perdiendo los empresarios, pero también las Argentina, en la no generación de puestos laborales. Se perdieron 50 mil empresas en 10 o 12 años. Eso generó desocupación, subocupación, informalidad laboral. Hasta los sindicatos están perdiendo afiliados. El debate hay que darlo por ese lugar. Los gremios se están dando cuenta de esa situación y están dando su debate. Hay que generar condiciones para crear empresas con nuevas condiciones laborales, que no sean esclavizantes pero que permitan un desarrollo y una subsistencia.
-¿Qué ejemplos hay de lo que usted llama leyes laborales inviables?
-La Ley de Teletrabajo, que es nueva, es totalmente inviable. No tiene beneficio ni para el trabajador ni para el empresario. Hay resoluciones no adecuadas a los formatos nuevos, o para contener a trabajadores de emprendimientos con base tecnológica. Se necesita salir al mercado de otra manera. Se necesita versatilidad. A los mismos trabajadores les es ineficiente para desarrollarse.
FUENTE: agencia.farco