Ciudad de México. La comunidad rarámuri El Trigo, en Chihuahua, ganó en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) un amparo en contra de las autorizaciones otorgadas desde 2016 a Minera El Fresnillo, S.A., para utilizar aguas del río Fuerte para sus actividades industriales.
Por unanimidad, los ministros de la Primera Sala del máximo tribunal determinaron que las decisiones que tomó el gobierno federal para autorizar la explotación industrial de esa cuenca hidrológica afectan directamente a la comunidad indígena y por tanto debieron de ser motivo de una consulta previa.
Esto con base en los derechos de los pueblos y comunidades indígenas garantizados en la Constitución, y también en el Acuerdo de Escazú, firmado por nuestro país.
“Por todo lo anterior, esta Primera Sala concluye que tanto el Decreto que modificó las zonas de veda de la Subregión Hidrológica del Río Fuerte como las concesiones reclamadas sí son susceptibles de afectar de forma directa a la comunidad indígena A, por lo que el Ejecutivo Federal tenía la obligación de consultarles de manera previa a su emisión y no lo hizo”, señala el proyecto aprobado, que fue presentado por la ministra Margarita Ríos Farjat.
Las concesiones obtenidas por la minera le permitían extraer hasta 270 mil metros cúbicos de agua de las presas alimentadas por el río Fuerte, en una cuenca que ya está clasificada como apenas suficiente para satisfacer las necesidades para el consumo humano y el riego agrícola de la región.
Adicionalmente, el proyecto señala que los ríos de la cuenca tienen un valor simbólico para los pueblos originarios, a quienes no consultó para aprobar su explotación, la cual “es susceptible de ocasionar una vulneración a su derecho colectivo al territorio indígena, pues al poder ser explotados por terceros sin limitaciones, pueden verse afectados en cómo conservan, cuidan y aprovechan los recursos del río Los Oteros y el río Fuerte —pertenecientes a la misma Región Hidrológica en que se permite ahora expedir concesiones para explotar de forma industrial el agua— e incluso, en cómo ejercen su vida espiritual.”
FUENTE: jornada