La tecnología de la inteligencia artificial puede potenciar el juego electoral sucio. Los estrategas saben que esas artimañas son armas de doble filo: si se descubre la osadía y el contrincante aprovecha la situación, el efecto puede ser pernicioso.
La inteligencia artificial (IA) será un recurso potente para el diseño e implementación de campañas políticas durante los procesos electorales en marcha en México, sobre todo porque hay evidencia de que, cuando se decide el voto, intervienen más las emociones que el razonamiento.
Si bien existe la tentación de utilizar este tipo de tecnología para potenciar las llamadas “campañas negras”, es decir, para difamar a políticos, los líderes de los “cuartos de guerra” de los candidatos que hoy se preparan para las contiendas, saben que esas artimañas son armas de doble filo: si se descubre la osadía y el contrincante aprovecha la situación, el efecto puede ser pernicioso.
Las preocupaciones al respecto no son un asunto exclusivo de México. De acuerdo con el Informe de “Riesgos Globales 2024” del Foro Económico Mundial, publicado hace unos días, la polarización social es uno de los tres principales riesgos mundiales para el año que comienza.
Destaca que, dado que este año alrededor de 3,000 millones de personas tendrán la posibilidad de participar en procesos electorales en sus respectivos países —incluidos los mexicanos—, ciertos actores utilizarán la desinformación para ampliar las divisiones sociales y políticas, lo que puede socavar la legitimidad de los gobiernos recién elegidos.
Herramienta de inteligencia de mercado electoral
Estrategas de campaña consultados por El Economista expusieron que el uso de Inteligencia artificial les permite hacer su trabajo más fácil, más barato y con más elementos para tomar decisiones asertivas.
Cuando se trata de comunicar, posicionar un candidato ante el electorado y realizar propaganda para incidir en el voto, son excelentes aliados las simulaciones, los análisis de tendencias en redes sociales y los meta-análisis de datos, particularmente aplicados en inteligencia de mercado electoral.
Anna Laura Montiel Álvarez, directora general de la consultora Comunicación e Imagen, dijo que es valioso integrar la inteligencia artificial a las campañas electorales para encontrar las características específicas de los electores: lo que les gusta, lo que consumen, sus preferencias y lo que quieren. Eso ayuda a segmentar con mayor claridad los mensajes a través de imágenes, videos o audios y para hacerlos más llamativos.
Por su parte, Rafael Morales, estratega de campañas electorales, expuso que, en realidad, hoy no es indispensable utilizar la inteligencia artificial para el diseño e implementación de campañas electorales, sobre todo porque en su mayoría se siguen haciendo de manera muy tradicional.
Si bien muchos estrategas están contratando equipos especializados en este tipo de tecnología, para la creación de contenido en redes sociales, pautado y dispersión de contenidos de comunicación, no se está utilizando de manera intensiva.
Incluso, dijo que muchos la ocupan para hacer avatares o ciertos materiales de campaña, como para dar la señal de que están a la vanguardia, pero no la utilizan de manera intensiva.
El también director de la consultora Gurú Electoral explicó que la inteligencia artificial generativa ayuda como herramienta para animar la polarización política, mediante la desinformación o el uso de videos alterados.
Con eso se podrían reforzar campañas de desprestigio, también conocidas como “de lado B”, para desacreditar al adversario, generándole un escándalo de manera artificial.
Las campañas negras tienen un costo social alto
Anna Laura Montiel Álvarez destacó que el problema es cuando se usa esta tecnología de manera negativa, por ejemplo, para intentar hacer parecer a un candidato lo que no es.
“Eso tiene consecuencias negativas. Si (con inteligencia artificial) pones a tu candidata preciosa y luego la gente la ve en la calle y resulta que no se parece a las imágenes que se difunden de ella, simplemente no corresponde a la expectativa que se generó”.
Por otra parte, recalcó, las campañas negras, en las que se puede usar esa tecnología, lo único que hacen es distorsionar la idea que tienen los electores del proceso electoral y los candidatos, lo cual, al final, nubla la toma de decisiones.
La inteligencia artificial es benéfica para la construcción de campañas electorales, pero se debe ser muy cuidadoso en atender los valores morales de los consultores y candidatos al momento de usarla, remarcó.
El uso no ético de este tipo de campañas negras tiene un costo altísimo, tanto para los candidatos, como para los consultores.
En su opinión, el mayor problema es que los ciudadanos se confunden. Puso como ejemplo las consecuencias de la propagación de noticias falsas, en las que se ve a candidatos aparentemente haciendo actos indebidos.
“Eso confunde al electorado, porque no tiene tiempo de estar investigando si es verdad o no y eso afecta al proceso electoral, incluso si se descubre que fue un hecho fabricado, pues la gente se decepciona”, dijo.
El problema es que en el país el uso de esas tecnologías no está regulado completamente, por lo que hoy por hoy el límite de su uso está en la ética de los consultores y los candidatos.
Hay forma de defenderse
Sergio Navarro Barrientos, director de Preventa de IQSEC, expuso que es posible proteger a los candidatos de este tipo de ataques con estrategias de reforzamiento de ciberseguridad, mediante el acompañamiento técnico especializado que se encargue de defender proactivamente los sistemas, las redes y la infraestructura crítica, así como de detectar la usurpación de imagen o la suplantación de identidad y alertar sobre materiales falsos, creados para cometer alguna acción que impacte negativamente una campaña.
Es posible utilizar fuentes de inteligencia de manera preventiva, tanto en las redes sociales como en la llamada red oscura.
“Más que proteger las infraestructuras de cómputo, de lo que se trata es de protegerse del ámbito externo y la manera de articular una defensa es mediante servicios de protección y búsqueda de ese tipo de información en fuentes abiertas”, dijo.
Navarro aseguró que se trata de buscar amenazas afuera, para estar en condiciones de reaccionar rápidamente y adentro de la campaña, habilitar protecciones y verificaciones de portales, para evitar que externos implanten información o tergiversen los mensajes.
Rafael Morales recalcó que eso todavía no sucede y no se ve que quienes estarán contendiendo quieran utilizar esos recursos para descarrilar la campaña de sus oponentes, aunque eso tampoco quiere decir que no lo van a hacer, una vez iniciadas las campañas.
Enfatizó que es bueno para la democracia que las contiendas se den en el terreno de la crítica y el contraste de candidatos, pero sin ceder a la tentación de tratar de ganar a la mala con recursos éticamente cuestionables.
FUENTE: eleconomista